miércoles, 4 de julio de 2012

Serendipity

El otro día me levanté con humor para ver una de esas películas noñas que suelen poner los domingos por la tarde y que de tanto en cuanto se dejan ver. Por no ver Nothing Hill, que la tengo ya muy vista, me puse a buscar por internet a ver que peliculón podía tragarme.

No me disgustan este tipo de películas siempre y cuando no sean muy pastelosas o muy dramáticas, me van del tipo comedia romántica, de esas que ves un día y te sacan la sonrisa tonta de la cara.

Bueno, pues entre mucha película variada (y la mayoría protagonizadas por Julia Roberts, Hugh Grant, Sandra Bullock y sucedáneos) me encontré con esta, Serendipity me llamó por el título tan raro que tenía y al fijarme... ¡Anda! Si es Kate Beckinsale, de la cual la mayoría de pelis que he visto hacía de tipa de acción (Underworld, Van Helsing) y excluyendo Pearl Harbor, no la había visto nunca en el típico papel de protagonista de comedia romántica.


¡Es Aidan, el eterno novio de Carrie en Sexo en Nueva York!
(Sí, yo también la veía, y sigo viva)
El título, Serendipity, es una palabra inglesa que se usa para referirse a un accidente o un descubrimiento inesperado. Bien pues la película va sobre el encuentro casual que tienen Jonathan y Sara en un centro comercial a pocos días de Navidad. Entre tanto barullo coinciden al coger los últimos guantes negros que quedaban. Aunque ambos tienen pareja sienten una especie de conexión, Sara invita a Jonathan a comer un helado en el Serendipity y le empieza a comer la cabeza con el destino, que si se han encontrado porque así lo marca y todo eso. Jonathan, que no cree mucho en esas cosas se emperra en que Sara le diga su nombre (no lo sabe aún) y ya puestos el teléfono. Después de pasar una noche maravillosa patinando alegremente y preguntándose cosas varias, deciden dejar su posible relación en manos del destino. Con la firme idea de que si el destino así lo quiere, se volverán a encontrar, Sara le pide a Jonathan que escriba su nombre y su número en un billete de 5 dólares y ella escribirá el suyo en un libro que pondrá a la venta de segunda mano. Cuando Sara recupere el billete de Jonathan o éste encuentre en alguna librería el libro de Sara, podrán llamarse ya que el destino así lo ha querido.

Bueno... suena totalmente absurda (no creo mucho en el destino) y es absolutamente previsible, vamos todos sabemos que se volverán a encontrar, y si no es así, ¡Salga de la sala del cine y que le devuelvan su dinero!


La película no está mal y tiene sus momentos graciosos. Como siempre digo, es la típica del domingo por la tarde, ni muy mala ni muy buena, ideal para pasar un buen rato y que suele dejar un buen gusto.

Por mi parte, pasa la criba por si dentro de una larga temporada me da por ver otra película así (bueno, intento no repetir, hay tantas...)

Me gusta la escena de la foto de la izquierda, en la que John le dice que tiene una cassiopeia en su brazo  cuando Sara se lamenta de tener pecas. Curiosamente yo también tengo la constelación de cassiopea en el brazo (el izquierdo) aunque tengo tantas pecas que podría montar toda una carta astral con conjunciones y todo por lo largo y ancho de mi cuerpo. 

Bueno venga, que no falte la frikada del día: Ahí tenéis a mi cassiopeia. De hecho, es una constelación tan sencilla que seguro que muchos también la podéis entrever en vuestras pecas, los guionistas no se comieron mucho la cabeza xDDD

Por cierto, para cuando vaya a Nueva York (nunca digas nunca) ya sé donde comerme un helado de chocolate, pues el local Serendipity existe, lo podéis encontrar en la 225 al este de la 60 si paseáis por Manhattan. 





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